Creo que muchos han respondido a esta pregunta con anterioridad, y algunos han dado la misma respuesta: es fácil ser escritor, pero es difícil vivir de ello.
Ser escritor es tan sencillo como tener una idea y transcribirla a un papel mediante el uso de la escritura manual o de un procesador de texto informático. Con eso ya eres escritor. ¡Enhorabuena! Cumples la definición de la RAE:
1. m. y f. Persona que escribe.
2. m. y f. Autor de obras escritas o impresas.
3. m. y f. Persona que escribe al dictado.
4. m. y f. ant. Persona que tiene el cargo de redactar la correspondencia de alguien.
Pero si vamos al concepto de vivir de lo que has escrito, vendiendo tus obras en plataformas de compra tanto online como físicas, la cosa cambia. Cambia y mucho. Es difícil conseguir que una persona que no te conoce lea, incluso de forma gratuita, una de tus obras… ¡Imagínate que tuviera que pagar! ¿Por qué voy a perder mi tiempo en algo que has creado si no te conozco de nada? Seguro que es una ponzoña, ¿por eso me lo ofreces gratis? ¿No tienes amigos a los que hacérselo leer?, pensarán.
El sueño para la mayoría de los escritores noveles es publicar su obra con una editorial tradicional importante. Ver la portada de su obra en los escaparates de miles de librerías. Entrevistas por la tele, por la radio… Que una editorial de renombre publique una obra de un autor desconocido es bastante improbable (casos hay, tampoco es algo imposible), pero las editoriales están más atentas a escritores conocidos u obras que ya hayan demostrado su capacidad de venta en el extranjero (recordemos que no son una ONG, son empresas privadas que quieren pagar las nóminas a sus empleados y prevalecer año tras año. No son el diablo ni ángeles). Con escritores conocidos no me refiero únicamente a que ya hayan publicado obras, sino que sean populares en otros medios o campos: influencers, famosos, periodistas, deportistas… personas que ya tengan en su mochila un grupo numeroso de seguidores que no duden en comprar un producto que tenga su marca: una camiseta, un pin, un libro…
Entonces, ¿es imposible que alguien que no sea conocido publique?
La respuesta es no, aunque habría que matizarla del mismo modo que la que dio título a esta entrada. Para publicar una obra tan solo tienes que tener un texto acabado y subirlo a la red; hay decenas de páginas web que acogen de buen grado textos para que la gente se los descargue o los lea online y valore, eso sí, de forma gratuita. Si lo que quieres es cobrar por ello, el camino no será tan fácil. Para empezar, debemos partir del hecho de que hay una gran competencia en el mundo de la autopublicación. Ten en cuenta que todos los días miles de personas con el mismo sueño que nosotros publican sus textos. Aquí es cuando te toca esforzarte. ¡Tienes que sacar lo mejor de ti! Y si algo no puedes hacerlo tú (corrección, maquetación, portada, ilustraciones…), deberás encontrar a alguien que sí pueda. Eso es probable que te cueste una cantidad de rupias, pesetas, euros, leis, coins, dolars, lereles, favores, una partida de X-Wing (hola, Raúl), unas cañas, un alma… pero es que en este punto estamos ofreciendo un producto, y la gente solo invertirá en un producto que ellos sientan como bueno. ¿Acaso compras cualquier cosa cuando vas a la tienda? ¿Invertirías tu dinero en algo que estuviera mal diseñado o tuviera defectos? No, ¿verdad? Pues es lo mismo. Hay que ofrecer al cliente final, nuestros lectores, el mejor producto que podamos darles.
La parte más complicada, para mí, no ha sido escribir la novela, ha sido todo lo demás. Y este proceso no acaba una vez que ya tienes la obra subida a una tienda online. El proceso se extiende en cada tarea relacionada con el marketing, proceso que se expande mucho más allá de la fecha de publicación.
Pero una cosa debes tener clara, no debes rendirte. Si lo haces, es seguro que será imposible llegar a ser un escritor que vende cientos de obras al día. Y tienes que ver cada crítica o negación de publicación como una oportunidad para mejorar tus creaciones.
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