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  • jaguileramanovel

¿Cuáles son los cinco libros que más me gustan?



Como en las listas anteriores, estos libros están imbuidos de una gran nostalgia en la mayoría de los casos. Los leo cada cierto tiempo para recordar lo que sentí la primera vez. Y, sorprendentemente, sigo sintiendo una pequeña porción de esa sensación de descubrimiento y emoción que me golpeó entre sus páginas. El orden es meramente cronológico.



Entrevista con el vampiro (1976) Anne Rice

El ídolo perdido (1995) Douglas Preston y Lincoln Child

Hannibal (1999) Thomas Harris

Déjame entrar (2004) John Ajvide Lindqvist

El Cuarto Jinete (2014) Víctor Blázquez





La novela de Entrevista con el vampiro la leí después de haber visto la película de Neil Jordan en 1994, y en el verano de ese año creo que me leí hasta El ladrón de cuerpos (1992). Me fascinaba ese mundo oscuro que estaba oculto a los ojos de las personas normales, por no hablar de sus personajes, los primeros vampiros complejos que podíamos decir que no eran monstruos al servicio del diablo o estaban llevados por una búsqueda de sangre implacable. Sufrían, amaban y se divertían como cualquier otra persona (la parte de jugar con la comida no cuenta). Y sus historias te atrapaban de una manera que no podías dejar de leer hasta llegar a la contraportada.





El ídolo perdido fue algo parecido a Entrevista con el vampiro: lo leí después de ver la película, The relic (1997) Peter Hyams, pero en esta ocasión desconocía que tuvieran relación. Fue según iba leyendo que me fui dando cuenta de los parecidos, pero al mismo tiempo de las grandes d

iferencias que hacían que la historia del libro le diera cien vueltas a la de la película, mucho más simple y maltratando sin piedad a algunos personajes muy importantes que posteriormente se transformarían en el centro de sagas literarias que aún perduran, como la del agente Pendergast.





Con Hannibal fue el querer saber más del doctor Hannibal Lecter de El silencio de los corderos (por poco en la lista de las cinco películas que más me gustan) dirigida por Jonathan Demme en 1991. En la novela se descubre parte de la intrincada mente del psiquiatra caníbal de Baltimore (su palacio de la memoria, lleno de arte y belleza), algo de su pasado y su lógica para acometer sus crímenes. Era un asesino, sí, pero era curioso ver cómo racionalizaba sus horripilantes actos. Años después se hizo una película (2001, Ridley Scott) que perdía algunos de los mejores detalles del libro.





Déjame entrar fue una recomendación del librero de Pastor, en el centro mismo de la ciudad de León. No tenía muy claro que me fuera a gustar, pero quería leer algo de intriga y misterio, y lo puso tan bien que no me lo pensé. Toma, ¡premio! Una novela repleta de suspense y escenas perturbadoras que se fusionaban con uno de los subgéneros del terror que más me gusta, los vampiros, pero al mismo tiempo una hermosa historia de amistad. ¡Una grata sorpresa! Luego vino una fantástica versión cinematográfica (2008, Tomas Alfredson) y un entretenido remake americano que alteraba algunos aspectos (2010, Matt Reeves).





Con El Cuarto Jinete ocurrió que unos amigos conocían al autor, Víctor Blázquez, y me picó la curiosidad, pues en esa época estaba muy metido en todo lo que tuviera que ver con zombis, otro de mis subgéneros favoritos dentro del terror. The Walking Dead lo estaba petando y había una gran cantidad de juegos y películas de esa temática. Por lo que le di una oportunidad. Y me enganchó como hacía mucho que no me enganchaba un libro. Era un no parar de tensión. Creo que en los meses siguientes lo releí mínimo unas cuatro veces, por no decir que lo hice de nuevo cada vez que salía una continuación. Es muy probable que lo vuelva a leer en breve.

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